sábado, 29 de marzo de 2008

Las nueve llaves del aqui y ahora (resumen)

En este libro de Manoloalba encontrarás un curso completo de técnicas de:

Superación personal, Pensamientos y afirmaciones positivas, Visualizacion creativa,Respiración consciente Relajación, Concentración, Meditación mantrica,
Meditación, Autoconocimiento

y los apuntes de los mismos
que conforman un total de 230 paginas con más de 80 técnicas que te llevarán directamente hacia tu yo más profundo.

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Las nueve llaves del aquí y ahora


Siempre dejamos para mañana lo que tan solo hoy podemos hacer y el cambio tan solo se producirá aquí y ahora, el mañana no existe es tan solo una idea y el ayer tan solo es memoria, recuerdos de un pasado realmente inexistente, tan solo existe porque nosotros le damos vida, nada sucede en el ayer y nada sucede en el mañana, todo esta sucediendo en el presente activo, el aquí y ahora.

En este libro les doy las claves que les conducirán hacia su interior, logrando de esta forma la conexión con su yo interno el cual es presencia en el aquí y ahora donde la realidad habita y donde se producirá el cambio que necesitamos.

En este libro encontrarán métodos de superación personal, técnicas de pensamientos y afirmaciones positivas, prácticas de visualizaciones positivas, sistemas de respiración consciente, medios para lograr el estado de relajación que precisamos para liberarnos de la ansiedad, el estrés la depresión las cuales son producidas por nuestra agitada vida diaria, técnicas de meditación, meditación Mántrica y autoconocimiento que nos abrirán las puertas del aquí y ahora.

Y si reenvías esto a tu lista de amigos contribuirás a que el cambio se pueda producir también en ellos consiguiendo con ello no solo la paz, la armonía y el equilibrio interior necesario para los cambios que se avecinan, sino el cambio profundo del cual la conciencia global se podrá nutrir para que no se vaya todo al traste.

Hágalo usted mismo


Porque aunque no se lo crea nadie lo puede hacer por usted.

Descubrir por uno mismo es la única técnica, formula, método, sistema para desvelarse a usted mismo como la consciencia observadora, el testigo, la consciencia que atestigua en el estado de total y completa atención. Y no se pregunte ni pregunte ¿cómo?, tan solo observe al que pregunta y la pregunta, obsérvese al caminar y al que camina, al que habla y al que escucha, al que piensa y sus pensamientos, pero sobre todo observe al que observa.

Uno tan solo busca lo que otros dicen disfrutar y uno no tiene y desea poseer.

El que busca la paz interior es el mismo que está en guerra consigo mismo, el que busca el equilibrio es el que está desequilibrado, el que busca el orden es porque está en desorden, el que busca la unión con la totalidad es el que esta dividido, fragmentado.

El que se golpea la cabeza contra la roca es el mismo que desea dejar de golpease, pero por mucho que lo desee, por muchas técnicas, métodos, sistemas que busque para dejar de golpearse jamás dejara de hacerlo si antes no se da cuenta de que es el mismo el que se está golpeando.

El que quiere dejar de pensar es el que no para de pensar, el que desea el vacío es el que está lleno, el que desea el silencio es el que no deja de hacer ruido, el que desea estar atento es el que está desatento, el que desea estar consciente está inconsciente, el que busque el equilibrio continuara desequilibrado, el que practique el silencio continuara con sus ruidos, el que practique para ser lo que no es seguirá siendo lo que es, el que desea alcanzar la paz jamás la encontrara, el que desea liberarse del deseo es el que esta prisionero de sus propios deseos.

Uno mismo es el que se tiene que dar cuenta de que es el productor y el experimentador del desequilibrio, del desorden, de la división y dándose cuenta de esto quizás deje de seguir golpeándose.

Si queremos encontrar el equilibrio tan solo tenemos que verlo en el centro de todas las cosas. El trapecista mantiene su equilibrio prestando total y completa atención a la cuerda por la que se desliza consiguiendo de esta forma el equilibrio necesario para no caer ni hacia un lado ni hacia el otro y el hombre ha de ser equilibrado para no caer en manos de gente desequilibrada que tan solo le dará mas inestabilidad a su vida.

Lo que nos diferencia de los animales es la capacidad de razonar las cosas de una forma lógica, cuerda, sensata, equilibrada, etc.

El equilibrio nace de la cordura, la sensatez, lo razonable (el desequilibrado es aquel que no sabe mantenerse en el centro). El desequilibrio surge de no saber centrarse, equilibrarse entre los diferentes condicionamientos, ideas o creencias que hacen que inclinemos la balanza hacia un lado o hacia el otro, hacia la creencia o no creencia, el teismo o el ateismo, pero tan insensato, tan desequilibrado es creer como no creer, si creemos inclinamos la balanza hacia uno de los lados, perdiendo de esta forma el equilibrio y si no creemos también lo perdemos.

Hemos desvirtuado la palabra creer haciendo de esta una afirmación que la aleja de la realidad. Creer es pensar, imaginar que “posiblemente”, “quizás”, “a lo mejor”, “pudiera ser” que aquello sobre lo que creemos es así.

¿Podríamos vivir sin afirmar, rechazar, ni admitir ni desmentir?

Cuando buscamos el equilibrio, la paz interior es por que nos damos cuenta de nuestro desorden y desde ese desorden buscamos una fórmula, un método, un sistema, que nos llene de paz, orden, equilibrio interior, etc. en nuestras vidas. El problema es que no nos damos cuenta de que somos nosotros mismos los que inclinando la balanza hacia un lado o hacia el otro, perdemos nuestro centro, nuestro equilibrio. Cuando uno busca algo es por que se carece de ese algo que deseamos (ya sea el equilibrio interior, la paz, la armonía la felicidad, etc.) y ese mismo deseo nos crea mas división y por lo tanto mas conflictos alejándonos cada vez mas de aquello que deseamos y no tenemos.

Si el equilibrio está en no ir a la derecha, ni a la izquierda, ni arriba, ni abajo, si no en el centro, tan solo tenemos que mantener ese centro, para poder llevar una vida equilibrada, cuerda, sensata, razonable, moderada, juiciosa, prudente, etc..

Autoconocimiento

¿Que tipo de vasija cargas?

En una ocasión el Buddha comparó a los oyentes con cuatro clases diferentes de vasijas de barro. La primera vasija de barro es una que tiene hoyos en el fondo. Si tu viertes agua dentro de ella, se vacía de inmediato. En otras palabras, cualquier cosa que le enseñes a esa persona, es inútil.

La segunda vasija de barro, él la comparó con una que tiene grietas en ella. Si tu viertes agua dentro de ella, el agua se filtra. Estas personas no pueden recordar. No pueden colocar dos más dos juntos.

El tercer oyente, él lo comparó con una vasija que estaba completamente llena. No se puede verter agua en ella porque está llena hasta el tope. ¡Una persona así, tan llena de opiniones que no puede aprender nada nuevo!

El cuarto grupo corresponde a las vasijas vacías, sin ningún hoyo o grietas, completamente vacías. Este tipo de personas son como niños, están abiertas al aprendizaje

Para el ego solo existe el ayer y el mañana, se alimenta de su pasado y disfruta planeando lo que hará en el futuro porque sin ambos, sin pasado ni futuro, ¿que seria de el? No existiría, no seria nada y le asusta ser esa nada, jamás vive el presente activo, el aquí y ahora, que es lo único real, verdadero, autentico.

Para el ego, el momento presente apenas existe. Sólo considera importantes el pasado y el futuro. Siempre está tratando de mantener el pasado vivo, porque ¿quién sería sin él?

Nos encanta fantasear para no tener que afrontar la realidad, para escapar de lo que nos asusta, de nuestros propios temores que llenamos de múltiples deseos todos ellos insatisfechos y básicamente esto es lo que hace que no sintamos esa hermosa vasija vacía.

Pero fíjese que nunca nada ocurre en el pasado, ocurre en el Ahora. Nunca ocurre nada en el futuro; ocurre en el Ahora, cree que alguna vez ocurrirá algo en el pasado, piensa que algo esta pasando en el futuro, ¿verdad que no?. Todo ocurre aquí y ahora, no nos martiricemos pensando en lo que sucederá en el futuro tan solo vivamos en el presente de una forma total y completa para que el futuro sea total y completo, olvidémonos del pasado inexistente y vivamos el presente activo. Ya podamos hacer lo que queramos que lo único verdadero autentico, real esta en el aquí y ahora, todo cuanto podeos hacer tan solo lo podemos hacer aquí y ahora el resto tan solo son ideas, imágenes, proyecciones etc.


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LOS CHAKRAS


· Los chakras son supuestos centros energéticos, los cuales si se activan la energía corre libremente produciendo el despertar de la conciencia o iluminación. Cada uno de ellos tienen como símbolo una flor distinta, cada flor esta compuesta por su propia combinación de colores, pétalos y diseños simbólicos. Se entiende que cada uno contiene una carga positiva o negativa, un valor numérico alfabético, una afinidad particular con un elemento de la naturaleza (agua, aire, tierra etc.), con uno de los varios sentidos (gusto, tacto, olfato, etc.), y con una cualidad tonal (de tonalidad) particular. Se dice que para lograr la armonía los chakras han de estar afinados como las cuerdas de una guitarra, así que cuando las cuerdas están afinadas el sonido es armónico.

· Los chakras son centros de energía vital Chakras y literalmente significa rueda.

7 Principales

Desarrollo

Ubicación

Nombre

Sánscrito

Color

Corona

Punto transpersonal

Coronilla

Coronario

Sahasrara

Blanco

Frontal o del tercer ojo

Cuerpo casual

Entrecejo

Frontal

Ajna

Carmesí

Garganta

Del Timo

Garganta

Laringeo o de la laringe

Vishuddha

Aguamarina

Corazón

Del Diafragma

Corazón

Cardiaco

Anahata

Verde Lima

Plexo Solar

El Hara

Plexo Solar

Umbilical

Manipura

Pardo Anaranjado

Abdominal o Sacro

Perineal

Órganos Sexuales

Esplénico o referente al bazo

Svadishthana

Rojo Rubí

Raíz

Fundamento o Telúrico, Base de los pies

Base de la Columna

Fundamental, situado en la base del espinazo

Muladhara

Negro

El testigo de la mente


Meditar es un estado de no-mente, es decir, un estado de consciencia pura sin contenido específico, en el que te conviertes en simple testigo del fluir de tus sensaciones corporales, de tus pensamientos, de tus emociones, sin identificarte con ninguno, sin perseguir ningún objetivo, ningún deseo.

Nos podemos identificar con cualquiera de estas formas que expresan lo mismo, pero cualquiera de ellas es exactamente igual

Esta no es una técnica por lo cual no requiere de tomar una posición determinada, ni una duración especifica puesto que la esencia de la meditación es atestiguar, ser un observador sin importar cual sea el motivo de la observación, ya puede ser interno o externo, en lo interno podemos observar todos los procesos de la mente sin justificación, identificación o condena, en lo externo cualquier cosa puede ser tomada como objeto de observación.

Pero si lo desean podemos sentarnos y estar simplemente alertas, atentos, observando, atestiguando en lo interno, siendo un espectador de todos los procesos de la mente.

El Silencio del que hablamos, es un Silencio permanente, como una pantalla: las imágenes, los pensamientos aparecen y desaparecen, pero la pantalla no cambia nunca. Los radios de las ruedas se mueven continuamente, pero el eje no.

Todo esta en el aquí y ahora. Nada hubo ni habrá fuera del aquí y ahora, nada existió ni existirá

La única forma de liberarse del tiempo, es vivir en el presente activo, en el aquí y ahora, viendo el pasado y el futuro como simples recuerdos archivados en la memoria.

Una forma muy efectiva de hacer esto es simplemente alejar su atención del pensamiento y dirigirla al cuerpo, donde el Ser puede sentirse en primera instancia como el campo de energía invisible que da vida a lo que usted percibe como el cuerpo físico.

Estar alerta atento al presente activo, al aquí y ahora nos hace ser conscientes de la realidad tal cual es y no como nos gustaría que fuese.

La complejidad de la mente


Una amiga me decía el otro día que era todo tan difícil, tan complicado, así que me gustaría tratar aquí el tema de la dificultad, la complejidad.

Difícil es que no se entiende algo sin que se empleé en ello mucho trabajo, mucho esfuerzo y yo ahora me pregunto.

¿A quien le cuesta mucho trabajo entender lo que otro dice?

Es a mí a quien le cuesta mucho trabajo entender lo que otro dice.

¿Y quien es ese MI al que le cuesta tanto trabajo entender lo que otro dice?

Cuando hablamos del autoconocimiento, de la autoobservación del aprender a cerca de uno mismo

¿es necesario entender lo que otro pueda decir sobre mi mismo? ¿o uno mismo es el que tiene que por medio de la autoobservación entender y aprender sobre ese mi mismo?.

No es una cuestión del concepto fácil o difícil ( lo que para unos es complicado para otros es bien sencillo ) tampoco es una cuestión de entender lo que yo o cualquier otro pueda decir cuando hablamos de la autoobservación.

Cuando digo que la mente no es mi mente ni su mente sino que ésta es total, global, universal ( no acepte ni rechace esto, sino obsérvelo en usted mismo y vea por usted mismo si realmente es así y de esta forma estará aprendiendo a cerca de usted mismo y de los demás porque usted es uno con la humanidad) la mente es la mente y lo que nos diferencia del resto es su contenido, si no aceptamos ni rechazamos, sino que simplemente observamos, nos mantenemos en el centro, y tan solo en el centro es donde nos podemos mantener equilibrados.

La mente no es “MI” mente es la mente y al igual que yo la puedo observar y aprender a cerca de mí mismo desde esa observación, también lo puede hacer usted, lo único que hay que hacer es observarse a uno mismo y aprender sobre ese uno mismo y no de lo que otros nos puedan decir sobre ese uno mismo.

En la autoobservación podemos ver que el miedo no es “MI” miedo... es el miedo, el apego no es “MI” apego es el apego, la soledad no es “MI soledad es la soledad etc. Podremos ver que todos tenemos la misma capacidad que es la de pensar, sufrir, amar etc. todos somos como olas en un océano de pensamientos-sentimientos, todos somos uno. Que necesidad tenemos de entender, razonar, aceptar o rechazar lo que otro nos pueda decir en cuanto a la autoobservación de nosotros mismos el autoconocimiento, si la mente es una y dedicamos nuestra atención a la observación de la misma ambos veremos lo mismo por lo cual no hay nada que entender, uno no necesita del otro para autoobservarse, es mas uno es el estorbo del otro para hacerlo.
¿Realmente es tan complicado autoobservarse sin prejuzgar, sin identificarse, sin aceptar ni rechazar lo que se ve?.

Si queremos aprender a cerca de algo tenemos que observar atentamente ese algo del cual queremos aprender. Si queremos aprender matemáticas, física, química o lo que fuere tenemos que observar atentamente lo que nuestra profesora escribe en la pizarra, si nos mantenemos distraídos, desatentos jamás aprenderemos aunque después afirmemos de una forma rotunda que estamos aquí para aprender. Lo mismo tenemos que hacer si lo que queremos es aprender sobre nosotros mismos, uno tiene que observarse a si mismo, estar atento a todo cuanto sucede en nuestro interior, en nuestra mente.

Si uno realmente emplea su atención en la observación de si mismo vera que la mente está compuesta (entre otras cosas) de pensamientos y espacios (manténgase en el centro sin aceptar ni rechazar lo que le estoy diciendo, obsérvelo en usted mismo, escúchese a si mismo y no al que le habla, incluso si lo desea y puede, manténgase en ese centro que está en mantener la atención en ambas direcciones, escuchando al que le habla y al que escucha) dedíquese unos minutos a la autoobservación y vea lo que sucede.

¿Puede ver como el pensamiento no es estable, fijo? Un pensamiento viene y otro se va, por lo cual puede ver, percibir, darse cuenta de que la estabilidad no está en el pensar y lo que no es estable, fijo, continuo, permanente tarde o temprano llegara a su fin. También puede observar que entre pensamiento y pensamiento hay un espacio, pero lo mas importante es que hay un observador que observa los pensamientos y los espacios, cuando hay pensamientos el observador puede observar los pensamientos y los espacios que hay entre los mismos y cuando solo hay espacios, el observador observa ese vacío, ese espacio.

¿Ahora puede ver si el observador es diferente de lo que observa?, ¿O el observador es lo observado? ; cuándo pensamos sobre la complejidad, la dificultad de algo el que piensa que es difícil ¿es diferente de lo pensado?, ¿o el pensador es el propio pensamiento?; cuando afirmamos que esto es difícil o es fácil, el que afirma es lo afirmado, no hay diferencia entre ambos. El pensador es sus pensamientos, el experimentador sus experiencias, el afirmador sus afirmaciones, el observador sus observaciones.

Es la misma mente la que crea sus propias complejidades, sus dificultades, etc. y para liberarnos de ellas tenemos que eliminar la dualidad que existe entre las mismas y la única forma de hacerlo es a través de la autoobservación, sin afirmar ni desmentir, sin aceptar ni rechazar, solo observar y esa misma observación nos lleva a la atención y estar atentos es ser concientes y ser concientes es meditar

¿Cómo nos damos cuenta del NO LO SÉ?

Uno ha de escucharse a sí mismo a de prestar atención a todo el proceso del pensar. Cuando uno se observa a sí mismo (y no a los demás) puede percibir entre otras cosas que el pensamiento no son meras y simples palabras sin pronunciar, el pensamiento es memoria, recuerdos, conocimiento que es traído del pasado al presente activo. El conocimiento es lo que hemos acumulado a lo largo de nuestra vida, ya sea a través de libros, cursos, charlas, congresos, conferencias, grupos religiosos, amigos, conocidos etc. Esto es básicamente lo que somos, un cúmulo de conocimientos aportados por otros y aceptados como nuestros.

Por lo tanto lo primero que uno ha de percibir es que todo cuanto uno sabe no es lo que él sabe, sino lo que otros dicen saber y uno acepta como suyo.

Uno puede saber que es dios basándose en lo que dicen los Católicos, los Evangélicos, los Mormones, los Budistas, los Metafísicos o los Rosacruces, porque uno a acumulado estos conocimientos con estos grupos religiosos. Pero si uno quiere ser serio y sincero consigo mismo ha de decir que no sabe que es dios, tan solo sabe lo que otros dicen saber que es dios.

Esto mismo lo podemos aplicar a todo aquello que creemos saber. Uno puede hablar de la ley del Karma porque ha leído al respecto, puede hablar del mas allá por haber tenido una E.C.M. o puede saber que es el alma el súper yo o lo que fuere basándose en los pensamientos, conocimientos y experiencias de los demás.

Cuando uno deja de buscar las respuestas en la memoria es cuando sabe que no sabe.

Uno ha de saber que no sabe y cuando uno sabe que no sabe, sabe que no se puede enseñar lo que no se sabe.

Uno que quiera liberarse del sufrimiento, el dolor, el apego, el miedo, el deseo etc. Primero tiene que conocerlo y para conocer algo no se puede escapar de ello. Si uno no sabe que está preso, si no sabe que es esclavo de sus propios pensamientos, conocimientos, experiencias, deseos, miedos etc. Difícilmente podrá liberarse de ellos. Uno ha de saber, ver, percibir, DARSE CUENTA de que es esclavo de sí mismo.

No es necesario salir en busca de la verdad, es mas, la verdad no se puede buscar, por que ¿ Quien es el que la busca? Lo falso, lo que no es verdadero, lo irreal, lo ilusorio en busca de lo verdadero. El pensamiento, la memoria, el conocimiento, el ego, él yo, lo impuesto, lo inculcado, lo que pertenece al tiempo pretendiendo atrapar a lo que es intemporal, lo que no pertenece al tiempo.

Si uno ve, percibe, SE DA CUENTA de lo verdadero, de ese mismo darse cuenta lo falso desaparece. Si uno ve lo falso como falso de ese mismo darse cuenta de lo falso este se termina. Si uno se da cuenta de lo inmaduro de lo falso de las religiones, los santos, los maestros, o lo que fuere, de ese mismo darse cuenta de lo falso uno ya no lo vuelve a tocar. Si uno ve lo inútil, lo falso, lo innecesario de apoyarse en los pensamientos, ideas, conocimientos y experiencias de los demás de ese mismo darse cuenta ya no los volverá a tocar. ¿Por lo cual podemos percibir que hay un DARSE CUENTA que nos libera de lo que es?.

En muchas ocasiones es más importante la pregunta que nos podamos hacer que la respuesta que nos podamos dar. Esto ya lo he dicho en varias ocasiones, pues considero que es muy importante el saber plantear la pregunta necesaria en el momento preciso.

¿Que es una técnica de meditación?

Digamos que uno no sabe que es meditar y quiere aprender, quiere saber qué es meditar. Entonces los primeros pasos suelen ser acudir a cursos, charlas, conferencias, congresos, leer libros que me ayuden a comprender lo que es meditar. Acudo a centros Budistas, Hinduistas, práctico diferentes técnicas de meditación, yoga, taichi etc. Es decir que uno adquiere conocimientos para después actuar a partir de esos conocimientos adquiridos.

Y así de esta forma damos vueltas y más vueltas alrededor de lo mismo, sin darnos cuenta que de nuevo hemos caído en otra trampa de la mente, en una rueda sin fin de experiencias que guardamos en la memoria como conocimiento, éste conocimiento nos llevara al actuar y de este actuar capturamos otra experiencia etc. Este circulo de experiencia, conocimiento y acción es el responsable de que siempre estemos dando vueltas y mas vueltas alrededor de nosotros mismos.

Uno ha de preguntarse a sí mismo, ha de escucharse a sí mismo y no al que habla, el que habla carece absolutamente de valor si uno no se escucha a sí mismo. Es más importante el que escucha que el que habla, por muy hermoso o verdadero que sea lo que esté diciendo. El que habla enseña y el que escucha aprende y es más importante aprender que enseñar.

¿Qué es una técnica de meditación?

Esta es la primera pregunta que deberíamos hacernos si estamos interesados en saber que es una técnica de meditación. Una técnica es un método, un sistema, una practica, un planear, un programar.

¿Pero para que necesitamos una técnica? ¿Para que utilizar un método? ¿Para que usar un sistema, una practica? ¿Qué es lo que estamos planeando? Cuando uno pone en practica un plan, un sistema, un método es porque espera, desea, quiere, anhela alcanzar un resultado, una solución, una meta.

De nuevo podemos ver como la mente de una forma muy sutil nos incita por medio del deseo a escapar de LO QUE ES o conseguir lo que no se es.

¿De que queremos escapar? ¿Qué es lo que queremos conseguir? Podríamos querer escapar de la fealdad de este mundo de las guerras el sufrimiento, el dolor, la avaricia, la codicia... Podríamos querer eliminar el miedo, el deseo, el apego. Podríamos querer lo que otro dice poseer, la verdad, la sabiduría, el nirvana, la iluminación. O simplemente hemos oído hablar de la paz interior y como estamos en una constante lucha contra nosotros mismos deseando ser lo que no somos, evitando el sufrimiento, el dolor, la angustia o lo que fuese y sin querer enfrentarnos a estos sentimientos tratamos de evitarlos y buscamos sus opuestos.

Pero para poder eliminar el miedo, el deseo, el apego o lo que fuere uno no puede escapar por medio de la meditación en ninguna de sus formas o técnicas, uno ha de enfrentarse a lo que es y nunca escapar de lo que es. Si uno se enfrenta al miedo se da cuenta que el que lo produce, el que lo experimenta y el que quiere escapar de esa experiencia es el mismo, la mente se divide a si misma en experimentador, experiencia y el que desea escapar de esa experiencia desagradable.

Uno ha de enfrentarse a sí mismo, a lo que le gusta y a lo que le disgusta, uno es el amigo y el enemigo. La dualidad está en todas partes, en lo psicológico está él yo y el pensamiento, el pensamiento y el pensador, él observador y lo observado, el experimentador y la experiencia. Pero en realidad todo es uno, cuando tenemos una experiencia de miedo, solo existe la experiencia (el miedo) no hay un yo que experimente el miedo, poco mas tarde es cuando surge él yo y dice << que miedo pasé>> Es la mente la que se divide a si misma.

Uno ha de averiguar, investigar, aprender, así es como uno lo ha de hacer y el resultado es el autoconocimiento, el conocerse a uno mismo, sin conocimiento propio no hay meditación, el conocimiento propio es meditación y la meditación es conocerse a uno mismo, una cosa no es sin la otra. De este autoconocimiento uno se da cuenta de que no sabe y de ese no saber adviene la necesidad de aprender. Uno ha de escucharse a si mismo y de ese escucharse a si mismo uno se da cuenta de que la mente es un torbellino de pensamientos la mayor parte de ellos innecesarios. Hemos oído decir eso de que a la paz interior se llega por medio del silencio, el vacío, y como estamos llenos de ruidos ansiamos, deseamos aquello que no tenemos, tratando de controlar el ruido por medio de técnicas de meditación. El problema surge cuando el controlador no se da cuenta de que es lo controlado. El que quiere el silencio es el mismo que está de cháchara, el controlador es lo controlado y esto seria autocontrol y no meditación, a la meditación se ha de llegar de una forma sencilla, sin forzar la mente, sin ningún tipo de control o deseo.

Otra cosa que podemos darnos cuenta cuando nos escuchamos a nosotros mismos es que el pensamiento no es lineal, entre pensamiento y pensamiento hay un espacio, este espacio, este vacío silencioso es el que muchos desean alcanzar sin darse cuenta de que no se puede desear, no se puede atrapar el silencio, este ha de venir sin que nosotros lo llamemos, sin desearlo, si uno desea esto nunca lo tendrá, no es una cosa que se pueda poseer, ganar, alcanzar o desear.

Uno no puede decir ¿Cómo puedo tener eso que tu tienes? ¿ Cuál es el sistema, la técnica? Porque entonces nunca lo tendrá, sería la mente que se divide a sí misma como el yo, el deseo y lo deseado. Estar alerta, atento, ser consciente, ver, percibir, DARSE CUENTA es meditar. Y no hay un sistema, no puede haber una técnica para estar consciente, alerta, atento. Uno puede mover la mano, caminar, respirar de una forma inconsciente, automática, mecánica o bien la puede mover de una forma consciente sabiendo que está moviendo la mano. La consciencia, la atención no es algo que se busque, o se esta atento o desatento, el darse cuenta de la desatención es atención, el darse cuenta de que no se es consciente le hace a uno consciente. Si uno observa esto atentamente sabrá lo que es meditar.

Ojos que no ven corazón que no siente

Necesitamos meter el dedo en la llaga, vivir, experimentar por nosotros mismos que lo que uno dice es cierto, verdadero, autentico y cuando experimentamos, vemos, percibimos, nos damos cuenta por nosotros mismos que el deseo se camufla muy sutilmente tras las practicas, es entonces cuando dejamos de una forma definitiva todo tipo de practica. Cuando uno ve de una forma muy clara que la división es la raíz del conflicto y las luchas de la humanidad entonces ya no divide, si vemos que las nacionalidades, las religiones etc. dividen a la raza humana y son un peligro para la misma, que tan solo consiguen dividir a un mas lo dividido entonces uno no las toca, uno sabe que son un riesgo y ni se para a reflexionar sobre ello, uno ve una serpiente, sabe el peligro que representa esa serpiente y no la toca se aleja lo mas posible de ella, si vemos por nosotros mismos que tras toda practica se camufla sutilmente el deseo ese mismo ver es liberador respecto de las practicas.

El SER es consciencia y esa consciencia no es practica, no se puede practicar la consciencia, cuando uno es consciente está alerta atento a todo cuanto sucede tanto en lo interno como en lo externo, y cuando se está inconsciente inatento se pierde ese estado de atención alerta y desde esa inatención no se puede buscar la atención.

Algunas técnicas de meditación nos pueden servir para despertar de la inconsciencia y reconocer ese estado de alerta que nos devolverá a la realidad primera y ultima, pero una vez reconocido ese estado de atención consciente debemos de abandonar todo tipo de practica y vivir ese estado de consciencia. Es como utilizar un andador en lo que aprendemos a caminar, pero una vez que hemos aprendido a caminar por nosotros mismos lo desechamos.

La practica de la meditación

La vida está dividida en hechos (lo autentico lo real lo que es) e ideas (creencias, dogmas etc.). Y para mí es un hecho que pretendo compartir, que toda practica nace del deseo por lo cual considero que antes de iniciar una practica deberíamos de preguntarnos ¿Quién es el que práctica? ¿Por qué o para que practicamos?.

Todos hemos escuchado hablar de la iluminación, el nirvana, la paz interior, el equilibrio y no se que tantas otras cosas que no tenemos y deseamos tener, para lo cual usamos todo tipo de formulas, métodos, sistemas que nos ayuden a alcanzar aquello que deseamos y no tenemos, pero no nos damos cuenta de que el deseo está sutilmente tras todo intento de escapar de huir de lo que somos proyectando una imagen de lo que nos gustaría ser. Digamos que soy nervioso y en lugar de afrontar el hecho, lo que es, ver la raíz del problema de mis nervios escapo utilizando una técnica que me dará momentáneamente la tranquilidad, la paz que deseo, busco y anhelo, el problema es que no nos damos cuenta que no nos hemos liberado de ese estado de nervios, simplemente lo hemos aparcado, puesto a un lado para que cuando vuelva a surgir de nuevo volvamos a utilizar esa o otra técnica que nos devolverá nuevamente la tranquilidad perdida y así continuaremos en ese circulo interminable (como hámster en su rueda) por dios sabe cuanto tiempo, sin percatarnos de que el que produce ese estado de nervios el que lo experimenta y el que desea escapar de él, es el mismo. Uno ha de afrontar lo que es, ver observar lo que realmente está sucediendo sin utilizar ningún tipo de escape y de esta forma nace el aprender.

Meditar es ser consciente y la consciencia no es ni esto ni aquello y mucho menos requiere de un esfuerzo, lo que si que requiere de un esfuerzo es controlar dirigir. Y practicar es controlar es forzar la mente, llevarla de una forma constante hacia el objeto de la meditación. ¿Yo me preguntaría quien es el controlador? ¿Hay alguna diferencia entre el controlador y lo controlado? Cuando hay un esfuerzo hay un derroche de energía encaminado a la consecución de unos resultados por lo que el deseo de querer conseguir ( utilizando cualquier tipo de formula, método sistema etc.) esos resultados no nos llevara mas allá de si mismo generando un nuevo deseo.

Cuando practicamos cualquier tipo de técnica de meditación lo hacemos para alcanzar este o aquel resultado, para ser esto o aquello que ahora, en estos momentos no somos. Ahora yo me pregunto ¿puede el yo que es el que desea ser lo que ahora no es, alcanzar por medio del ensayo de la practica algún resultado que este mas allá de el?.

¿Puede el yo a base de practicar y practicar llegar a ser el SER (si es que existe tal cosa como el SER)? ¿puede el yo que es lo falso por medio de la practica alcanzar lo verdadero? ¿puede el yo por medio de la practica alcanzar la iluminación, la claridad, la realidad desde las sombras?.

¿Tenemos que practicar para ser, o el ser simplemente es? y si ensayamos ¿quién practicaría? ¿no sería el yo ensayando a ser lo que no es?.

El yo por mas que trate de huir de si mismo y de la realidad que le rodea jamás dejara de ser el yo, por mas que practique y practique por mas que ensaye jamás dejara de ser el yo, y el que practica no es otro sino el mismísimo yo tratando de escapar de si mismo

Introducción a la Meditación

Que es meditar?

Meditar no es sentarse de una forma determinada, ni respirar esperando alcanzar un resultado, esto sería premeditar. Y premeditar es pensar reflexivamente una cosa antes de ejecutarla. En la premeditación hay una intención, un deseo, un propósito, un objetivo, una meta, una preparación, un planear, un programar.

Meditar no es concentrase en un chakra determinado, en una vela, una rosa o lo que fuere. Concentrase es forzar la mente para limitarla a un solo punto. Concentrarse es centralizar agrupar desechar, es decir todo lo opuesto a expandir. En la concentración hay un motivo un propósito una meta, por lo tanto también es premeditar.

Meditar no es repetir insistentemente una palabra ya sea ésta un mantra o una afirmación positiva tratando de autoconvencerse de lo que no se es. Esto tan solo sería una forma de disfrazar la realidad, un engaño un escapar de lo que es. Lo realmente importante no son las palabras ni las ideas, sino los hechos, lo que realmente somos y no lo que nos gustaría ser. Pero desgraciadamente le damos mas importancia a lo que nos gustaría ser que a lo que somos, a las palabras y a las ideas que a los hechos.

Meditar tampoco es visualizar, visualizar es formar la imagen de una cosa representada mentalmente, visualizar es ser imaginario, ficticio, utópico, irreal, ilusorio. Visualizar es como en las afirmaciones, evadirse de lo que realmente esta sucediendo, lo real lo verdadero lo que es.

Lo falso lo irreal lo ilusorio lo imaginario, es visualizar que sé está en medio de un gran bosque verde y hermoso, junto a un lago de agua tranquila y serena que nos trasmite una gran paz. Cuando internamente estamos en una guerra sin cuartel luchando contra nosotros mismos, autoengañandonos con imágenes placenteras para huir de lo que realmente esta sucediendo, que es lo real lo verdadero lo autentico.

Si uno sufre del miedo en cualquiera de sus formas y utiliza algún tipo de escape nunca podrá ver que el que produce el miedo, el que lo experimenta y el que trata de escapar de esa experiencia desagradable es uno mismo. Cuando tenemos miedo no nos damos cuenta que somos nosotros mismos los que creamos esa sensación de miedo, los que la experimentamos y después queremos que no se repita.

Lo mismo sucede con las experiencias agradables, nosotros mismos las producimos las experimentamos y después queremos que continúen. Nos podremos sentir muy bien experimentando una agradable sensación de paz y relajación, visualizando una puesta de sol recitando un mantra comiendo placenteramente o viendo un buen partido en la televisión.

El problema es que no nos damos cuenta de que esa sensación tan agradable no proviene de nada externo a nosotros, somos nosotros mismos los que producimos experimentamos y queremos que se repitan o no esas experiencias.

Meditar no es recitar extraños mantras, repetir frases positivas, ni sentarse de una forma rara e incomoda esperando que el Prana el Chí o la energía positiva inunde nuestro SER, tampoco es visualizar ni concentrarse.

Entonces

¿Qué es meditar?.

Según la real academia de la lengua meditar es aplicar el pensamiento con absoluta atención a la consideración de una cosa. Esto nos sugiere que si queremos saber que es meditar tenemos que examinar con atención al pensamiento, así que veamos que es la atención y más adelante veremos que es el pensamiento.

Estar atento es observar, vigilar, cosa que muy pocas veces hacemos y cuando observamos lo hacemos de un modo critico, miramos a la gente fijándonos en su personalidad, su aspecto su forma de vestir, pero nunca nos miramos a nosotros mismos a la hora de observar.

Si nos observásemos a nosotros mismos veríamos que nuestra mente siempre esta de cháchara consigo misma, en un ir y venir constante de pensamientos.

Este parloteo es incesante e innecesario, pues el pensamiento deberíamos utilizarlo solo y exclusivamente cuando lo necesitásemos, lo mismo que las piernas o las manos, cuando uno está sentado no necesita de las piernas para moverse, pero la mente ya estés de pie, sentado, acostado, despierto, o durmiendo, está incansablemente funcionando.

El problema radica en que no somos dueños de nosotros mismos porque nos identificamos con los pensamientos, permitiendo que domine nuestras vidas hasta tal punto que no podemos ser nosotros mismos ni por un solo instante. Ser uno mismo es vivir sin pensamientos, ser como un niño sin prejuicios, sin condenar, sin aceptar, ni rechazar nada, libre de todo condicionamiento ya sea éste social, cultural, político, religioso etc.

El pensamiento es memoria y la memoria es del pasado, éste es el motivo por el cual siempre vamos por delante o nos quedamos atrás, siempre estamos pensando en lo que hicimos o en lo que vamos hacer, nunca vivimos el presente activo, el aquí y ahora.

Vivir el aquí y ahora, ser conscientes, el despertar de la conciencia, estar atento, el tao, el camino, es todo lo mismo, diferentes palabras para definir una sola cosa, que es Meditar.

Estar atento es ser observador, vigilante, testigo de todo cuanto acontece tanto en lo interno como lo externo. Para estar atento tiene que haber un interés y una observación silenciosa, uno no puede estar atento si está parloteando constantemente consigo mismo. Si queremos aprender matemáticas, física química o lo que fuere y estamos hablando con nosotros mismos, pensando en lo que hicimos o en lo que vamos hacer, esa falta de atención no nos permitirá el que aprendamos.

Y el aprender acerca de nosotros mismos es meditar, no puede haber meditación sin conocimiento propio, el conocerse a uno mismo es el principio de la meditación. Uno no puede dar cuatro pasos sin empezar por el primero, ni se puede hablar de la muerte sin saber lo que es la vida, hablar del mas allá sin saber que es lo que hay aquí, ni decir que es Dios sin saber primero que somos nosotros. Si uno esta interesado en aprender no pude empezar sabiendo- que es Dios, la verdad, la sabiduría, la muerte, etc.- pues si ya sabe no necesita aprender.

El pensamiento al ser memoria, conocimiento, solo se puede mover desde lo que conoce hasta lo que conoce, éste es el limitado y estrecho campo en el que se puede mover, nunca puede ir mas allá de sí mismo, de lo conocido. Lo desconocido- La muerte, él mas allá, la reencarnación, Dios, la verdad etc.- lo damos por conocido basándonos en las ideas, pensamientos, conocimientos y experiencias de los demás, pero si queremos ser serios y sinceros con nosotros mismos tenemos que reconocer que solo sabemos que es lo desconocido apoyándonos en los conocimientos y experiencias de los demás.

Y si tenemos una experiencia ya sea esta agradable y placentera o de lo más desagradable, deberíamos de darnos cuenta que el que la produce, la experimenta y el que quiere que se repita o no, es el mismo. Cuando sentimos miedo, es la mente la que lo produce, lo experimenta y quiere escapar de esa experiencia desagradable. La mente sin darse cuenta se divide a sí misma en experimentador y experiencia, observador y observado. Pero el observador, es lo observado, el pensador el pensamiento y el experimentador lo experimentado.

La ley del karma (carta a una amiga)


La ley del Karma o de causa y efecto dice que toda acción produce una reacción y es así, si pongo la mano en el fuego (la acción) me quemo (la reacción).

Pero no es de ese Karma del que quiero hablar. De lo que quiero hablar es del Karma que pertenece al tiempo, al ayer y al mañana, al de la vida anterior, la presente y la futura.

Y yo ahora como siempre me pregunto ¿quién nos dijo? ¿Dónde aprendimos? ¿Dónde leímos, lo de esta ley? Alguien nos lo tuvo que decir, en algún lugar lo tuvimos que aprender Y de nuevo me pregunto ¿y si ese alguien estaba equivocado?. Entonces y como estoy interesado en aprender en saber que es el Karma me pregunto ¿pertenece el Karma o ley de causa y efecto al tiempo? Y veo que así es, el Karma está implicado de una forma muy directa en el tiempo, en el ayer y el mañana y estos pertenecen al tiempo.

La siguiente pregunta que me hago es ¿existe el tiempo? Y si es así ¿en qué forma existe? ¿Existe el ayer? ¿Y el mañana? ¿Dónde puedo localizar el ayer, donde está? Y uno ve que el ayer está en la memoria y que la memoria son recuerdos imágenes símbolos etc. Y si no existe la memoria el ayer tampoco existe. La memoria, el ayer y el tiempo son uno.

Ahora quiero saber ¿dónde está el mañana? ¿Dónde lo puedo localizar? Y me doy cuenta de que también está en la memoria y lo que hacemos desde ésta es proyectar lo que vamos a hacer mañana.

Por lo tanto he aprendido casi sin darme cuenta y en un momento que el ayer, el pasado, la memoria son tan solo recuerdos archivados, guardados, almacenados en la memoria para utilizarlos cuando necesitamos de ellos, pero que no tienen una existencia real, verdadera, autentica, no tiene vida, no son extáticos fijos, siempre se están moviendo. Y el mañana aun no ha llegado, por lo cual tampoco existe.

Tan solo existe el aquí y ahora, el presente activo, y éste no pertenece al tiempo.

Si el ayer que es el efecto no existe, éste tampoco a de existir, y si el mañana que es la causa no existe ésta tampoco existe. Por lo tanto la ley del Karma o de causa y efecto no tiene ningún sentido.

Y yo ahora me pregunto ¿tienes suficientemente claro, has aprendido, te has dado cuenta de que no existe, no puede existir la ley del Karma? Y si es así ¿qué haces con la ley del Karma?. Cuando ves, percibes, te das cuenta de algo ese mismo darte cuenta te libera de ello, te das cuenta de que hay un darse cuenta que nos libera de lo que es.

Ahora cuando alguien te pregunte o cuando escuches hablar de esta ley dirás que es errónea, te darás cuenta de lo equivocado que está ¿no es así?.

Pero si esto lo dice alguien que va pregonando que es un maestro entonces ya la cosa cambia, entonces te das cuenta que ese tipo de maestro nada de nada, porque está hablando de algo que tu sabes que no tiene sentido.

Y si para colmo de males sus enseñanzas están basadas en la prohibición de esto lo otro y lo de mas allá, y si va diciendo que con sus poderes puede hacer esto y lo otro entonces ya, apaga y vámonos.

Si te has dado cuenta de todo esto te darás cuenta que a la serpiente no hace falta verla entera, con verle la cola ya sabes que es una serpiente y no la tocas, y ¿qué es lo que haces con ello? ¿Te lo guardas para ti o lo compartes con todos aquellos que sufren del acoso de las religiones, filosofías, seudopensadores, grupos, sectas y de todos aquellos que hablan del libre albedrío y tan solo se limitan a repetir lo que ellos dicen? ¿Del dolor de los padres al ver a sus hijos dándole al seudomaestro todo cuanto poseen e incluso en algunos casos hasta su vida?.

Lo que haces es ayudar a los demás a que puedan ver, percibir, darse cuenta y de esta forma no se dejen engatusar por las ideas, conocimientos, pensamientos y experiencias de los demás por muy bonitas que sean sus palabras, hermosas sus experiencias y por mucha luz que digan que nos pueden transmitir.

Querida amiga del que dice que es un maestro huye, escapa de él como de la peste porque el que es maestro nunca lo dirá, él sabe que no lo es, sabe que no puede serlo, nadie puede serlo, nadie puede escucharse a sí mismo sino uno mismo. Recuerda que el que dice de corazón que no sabe es el que realmente sabe, pues al menos sabe que no sabe y sabe que no se puede enseñar lo que no se sabe.

¿Quien soy yo?

Cuando uno comienza a conocerse a sí mismo la primera pregunta que ha de hacerse es:

¿Quién soy yo?

Cuando nos hacemos esta pregunta fundamental podemos advertir que nuestra mente se llena de múltiples respuestas, todas ellas procedentes de los diversos condicionamientos. Si uno fuese espiritista diría que soy el espíritu, otro diría el alma, él yo supremo, la esencia divina etc.

Pero no nos damos cuenta de que, el que hace la pregunta y el que da la respuesta es el mismo. Es el pensamiento el que pregunta ¿Quién soy yo? Y es el que responde, soy el alma, el espíritu, él yo superior etc. Y el pensamiento no es nada de esto, el pensamiento es la respuesta de la memoria y la memoria es lo aprendido en el ayer que es traído al presente, se modifica y continua hacia el futuro. El pensamiento pertenece al tiempo y lo que es del tiempo no puede saber que es lo intemporal. El pensamiento es palabra, sin palabra no hay pensamiento y la palabra nos la enseñaron de pequeños, lo mismo que nos enseñaron a creer en Dios, el espíritu, o eso está bien y eso está mal.

Cuándo nos preguntamos a nosotros mismos:

¿Quién soy yo?.

No debemos de aceptar ninguna respuesta pues todas son falsas, vienen de las palabras, la memoria, el conocimiento, el condicionamiento, la sociedad, el ayer, los libros, las escrituras, vienen de otros y lo que otro diga carece absolutamente de valor.

Si seguimos preguntándonos cada vez mas profundamente, llegara un momento en el que no obtendremos ninguna respuesta. Cuando no llegue ninguna respuesta y solo quede un vacío, las preguntas nos parecerán absurdas, nos damos cuenta que las preguntas y las repuestas proceden de la memoria, es el pensamiento el que pregunta y responde. En el momento que no obtenemos ninguna respuesta es cuando nos estamos acercando a la respuesta, pues la mente se ha vuelto silenciosa, solo hay atención, observación.

En el espacio que existe entre dos pensamientos es donde está la respuesta a ¿Quién soy yo?.

¿A quien se le apareció ese pensamiento?

La mente es como una pantalla, como un espejo que refleja imágenes, símbolos, pensamientos, deseos, miedos, sensaciones, etc. Y el problema radica en que nos identificamos con esos destellos que van y vienen sin rumbo fijo y en la mayoría de las ocasiones sin sentido. Hoy creemos en una cosa y mañana en otra, ahora deseamos una cosa y luego otra, hoy nos gusta esto y mañana aquello. La inestabilidad nos rodea por doquier, lo que somos hoy en nada se parece a lo que fuimos ayer –psicológicamente hablando- lo que creemos hoy en nada se parece a lo que creíamos ayer. Y esa inestabilidad no es producida por nada externo a nosotros, somos inestables porque la mente misma es inestable y desde esa inestabilidad buscamos algo que sea estable, fijo.

Si estamos atentos al movimiento de la mente podremos apreciar que todo pensamiento surge de nosotros mismos se nos aparece a nosotros mismos, no hay ninguna diferencia entre el pensador y el pensamiento, entre el que piensa y lo pensado.

El que produce la felicidad, el sufrimiento, las depresiones, los deseos, los miedos, los apegos etc. El que lo experimenta y el que quiere que se repitan o no esas experiencias es el mismo, el experimentador es lo experimentado, el observador lo observado, el pensador el pensamiento.

Por lo tanto la respuesta a la pregunta de ¿A quien se le apareció ese pensamiento? Es a mí. Y si inmediatamente nos preguntamos.

¿Quién soy yo?

El movimiento del pensar se detiene, la mente sé intro vierte al darse cuenta de que es ella misma la que pregunta y la que da la respuesta, por lo que se produce una transmutación y el pensamiento cesa.

Para acallar la mente engañosa de los deseos, miedos, apegos etc. Uno a de darse cuenta de que es la mente la que los produce y los experimenta, y para percatarse de esto sé a de preguntar cada vez que aparezca un pensamiento ¿a quien se le apareció ese pensamiento? La respuesta será que a mí, entonces nos preguntamos

¿Quién soy yo?

¿A quien se le apareció ese pensamiento? A mí

¿Quién soy yo?

No debemos de aceptar ninguna respuesta que nos pueda llegar a la pregunta de ¿quien soy yo? Pues todas las repuestas proceden de la mente, del conocimiento y el conocimiento es memoria y la memoria es del ayer. No puede existir tal cosa como el conocimiento presente, el conocimiento es traído al presente por medio de la memoria pero nunca es del presente, el conocimiento es del pasado.

Todo cuanto sabemos es a través del conocimiento. Cuando miramos una rosa- o cualquier otra cosa- lo hacemos basándonos en el conocimiento que tenemos del objeto que observamos, en este caso al objeto lo llamamos rosa, ese es el conocimiento que tenemos de este objeto, que es una flor y el nombre que le hemos dado es de rosa y si ampliásemos nuestros conocimientos botánicos podríamos decir muchas mas cosas sobre esa flor. Pero todo esto indicaría que tenemos un gran conocimiento sobre botánica y el tener conocimientos sobre las cosas esta muy bien, el problema está en que mientras adquirimos grandes conocimientos nos olvidamos del conocedor, el conocedor es el observador, el pensador, el experimentador. Cuando deleitamos nuestro sistema olfativo con el olor de la rosa, es el experimentador el que experimenta esa sensación tan agradable, mientras que el pensamiento dice lo grato que es, el observador observa su colorido su textura y el conocedor la reconoce como una rosa. El observador, el pensador, el experimentador y el conocedor es el mismo.

Cuando miramos una rosa nuestro conocimiento se queda a medias si nos olvidamos del conocedor. Por lo tanto cuando miramos una rosa tenemos que mirar en tres direcciones, es decir a lo conocido- la rosa- el conocedor- tu- y la relación que existe entre ambos- el conocimiento –

Siempre tenemos que estar atentos a nosotros mismos, al conocedor, el pensador, el experimentador. Ahora estas leyendo esto y té estas olvidando del conocedor, del pensador, toda tu atención esta enfocada en la lectura y te olvidas del que está leyendo y es más importante el que lee que lo leído, el que escucha que el que habla.

El que diserta puede decir cosas muy bonitas e interesantes incluso nos pueden parecer verdaderas, pero carecen absolutamente de valor pues están basadas en su conocimiento, sus experiencias y esto nada tiene que ver contigo, uno a de tener sus propias ideas, pensamientos o experiencias y para esto es necesario el autoconocimiento y para conocerse a uno mismo no necesitamos de las ideas, pensamientos, conocimientos y experiencias- por muy hermosas que éstas sean- de los demás, pues pueden ser verdaderas o falsas y son sus experiencias, sus conocimientos y no los nuestros. Cuando aparece un pensamiento condicionado como << yo sé que es dios, yo sé que es él mas allá, yo soy el alma etc. >> pregúntate a ti mismo

¿Quién te dijo eso?

Veras que las respuestas provienen de la mente del conocimiento, la memoria. Eres tu mismo quien hace la pregunta y el que da la respuesta. Es tu conocimiento, tu memoria, lo aprendido de los demás a través de los diferentes medios de comunicación el que responde. Las diferentes respuestas que se puedan dar no son nuestras aunque creamos lo contrario, tan solo son meras repeticiones de lo que otros nos han dicho y nosotros tomamos como nuestra.

¿Cual es el sentido de la Vida?


Esta es una pregunta que todos en algún momento de nuestra vida quizás nos hallamos planteado ¿cuál es el sentido de la vida para usted?

Estamos habituados, acostumbrados a que otros nos digan lo que tenemos o no tenemos que hacer y como hemos de hacerlo. Uno siempre busca las respuestas donde no debe. Y esto nos ha pasado a todos, yo personalmente busque en los Católicos, pues mis padres y mi colegio eran Católicos, mi hermana me introdujo en la Evangélica, y más tarde por inquietudes, por querer saber la verdad seguí buscando, está vez fueron los Mormones, después me di un pequeño paseo por los testigos de Jehová, conocí el esoterismo de la sociedad teosofía, los Rosacruces, los Budistas Tibetanos, los Zen, practique diferentes tipos de meditación en y con diferentes grupos, hasta que un día esa clásica frase de que todo está en nuestro interior hizo que despertase de mi letargo. Me di cuenta de que estaba buscando en el lugar equivocado y fue así como empecé a buscar dentro de mí las respuestas que no encontraba fuera. Pero esto no quiere decir que uno ha de hacerse la pregunta y darse la respuesta, porque el que pregunta y el que responde es el mismo, es el conocimiento, la memoria, los recuerdos quien pregunta y el que responde. Uno ha de mirarse a sí mismo y conocerse, conocer cada pensamiento, sentimiento, deseo, apego etc. sin identificación, juicio ni condena de lo que ve, por que ¿Quién juzgaría, quien condenaría? ¿Somos nacidos moribundos desde el primer aliento de vida tal y como digo en algunos de mis escritos?. Nacer, vivir y morir ¿es esto todo cuanto hay? me pregunta un amiga desde Argentina. Muchos son los lugares a los que podemos acudir en busca de consuelo o respuestas de este tipo, podemos encontrarlas en libros erróneamente llamados "sagrados", en religiones, filosofías, grupos, maestros etc. Pero cuando nos hacemos esta pregunta es porque estamos confusos, liados, enredados desordenados y desde este desorden lo percibimos todo borroso, oscuro, difuso. Haciendo que nos sintamos turbados, aturdidos, desorientados y desde este desorden, esta confusión tratamos de llevar orden a nuestras vidas. Encontrar las respuestas a esta y otras preguntas sin darnos cuenta que jamás las halláremos si estamos en medio de este caos, este desorden, esta confusión. Si nos hacemos las preguntas en un estado de confusión, las respuestas que halláremos también serán confusas. Si estamos en desorden, todo es desorden, y desde ese desorden nunca encontraremos el orden. Un vidente (una persona que ve) nunca preguntara por la luz, sabe lo que es la luz y no se preocupa por ella. Pero un ciego, una persona que no ve, está confuso con relación a la luz, no sabe lo que es, y desde esa ceguera, desde ese desconocimiento puede imaginar, fantasear, suponer lo que es la luz, pero en realidad no sabe que es la luz, puede argumentar, imaginar, creer saber lo que es la luz basándose en lo que otros le dicen que es, pero el en realidad no sabe que es la luz. Y esto nos pasa a todos y con todo, creemos saber que es dios, la verdad, el alma, el espíritu, él mas allá, la reencarnación, el orden etc. Pero realmente somos como el ciego que se deja conducir por otro ciego. Cuando uno tiene o cree tener las ideas claras no se preocupa por el sentido de la vida. Un fanático religioso no se preocupa por el sentido de la vida, tan solo le preocupa el servir a su dios, ese es su objetivo, su cometido en esta vida, su meta. Su sentido de la vida es la de complacer los designios de su dios. Pero cuando por cualquier motivo se pierde la fe (Que por cierto la fe no es otra cosa que creer lo que otros nos dicen) aquello por lo que hemos creído, todo se derrumba, se vuelve vacío, confuso ya no tenemos aquello en lo que sosteníamos nuestro sentido de la vida. Es entonces cuando nos invaden nuevas inquietudes, nuevas preguntas, pasamos de estar llenos (de creencias, ideas, conceptos) al mayor de los vacíos y esta nueva situación nos asusta, nos confunde nos da miedo y tratamos de llenar ese vacío con nuevas ideas, creencias que nos devuelvan el sentido de la vida que habíamos perdido. Pero antes de preguntarnos por el sentido de la vida deberíamos de ver, percibir, darnos cuenta de este desorden. También está el tema del orden en las preguntas, uno antes de preguntarse ¿cual es el sentido de la vida? Debería de preguntarse ¿Quién hace esa pregunta? El que hace la pregunta y el que da la respuesta ¿es el mismo o son diferentes? Uno mismo es el que se pregunta por el sentido de la vida y uno mismo es el que responde si cree saber la respuesta. Es el conocimiento, la memoria, el pensamiento mismo el que hace la pregunta y el que da la respuesta. Esto es un hecho y no una teoría, una idea o una creencia, es así, lo queramos ver o no, uno mismo es el que pregunta y uno mismo el que da la respuesta basándose en lo conocido, el conocimiento. Por lo tanto la siguiente pregunta sería ¿Qué es el conocimiento?. Y así de esta forma uno se va dando cuenta que el pensador es lo pensado, el observador lo observado, y el experimentador lo experimentado.