sábado, 29 de marzo de 2008

Atrapados en el tiempo

Atrapados en el tiempo

Podemos darnos cuenta de que estamos atrapados en el tiempo, tanto en el fisiológico como en el psicológico. En éste ultimo necesitamos del sol que nos proporciona el ritmo fundamental que dirige nuestras vidas. La autoridad de éste periodo de veinticuatro horas es tan irresistible, que la mayoría, de los animales han desarrollado un regulador interno que sigue éste ritmo básico. Nuestro propio ajustador corporal continua midiendo el ciclo del sol incluso en la noche, el reloj corporal sigue llevando la cuenta y hace que nos sintamos cansados cambiando el ritmo cardiaco y nuestra presión arterial.

A medida que crecemos y envejecemos nos volvemos más inactivos, los latidos del corazón disminuyen y la percepción del tiempo es mucho más lenta.

Los niños son mucho más activos y sus corazones laten mas deprisa, para un niño una semana es mucho tiempo, pero para un adulto los meses pasan rápidamente.

Estamos atrapados en el tiempo, tanto en lo externo como en lo interno. En lo interno necesitamos del tiempo para aprender y adquirir nuevos conocimientos, para ser o llegar a ser esto o aquello.

Que el tiempo es un movimiento en un continuo aquí y ahora lo podemos apreciar observando atentamente las manecillas de un reloj. Cuando observamos de esta forma, las agujas del reloj nos permiten percibir la ilusión en la que estamos inmersos para mostrarnos su real y verdadero sentido, que no es otro si no el de moverse, y a ese movimiento nosotros lo llamamos tiempo.

El pensamiento también es tiempo, movimiento, es la respuesta de la memoria y la memoria es conocimiento y para adquirir conocimientos precisamos del tiempo, sin tiempo no hay conocimiento. El conocimiento es el pasado atrapado en un continuo aquí y ahora. Vivimos en un continuo aquí y ahora que alimentamos con recuerdos del pasado proyectando el futuro desde esos recuerdos. El pasado es el ayer, y el ayer no existe, tan solo existe la memoria del ayer, el recuerdo; y el mañana aun no ha llegado. Quizás sea éste el motivo por el cual ningún vidente se halla atrevido a poner fecha a sus adivinaciones, y el que lo trató de hacer fracasó en su intento. Pues si el tiempo no existe sino en la memoria, difícilmente se pueda adivinar.

Estamos presos de la rutina, nuestro actuar es mecánico repetitivo, es un circulo del que no podemos salir si no vemos primero su funcionamiento, y éste está basado enteramente en la memoria. Nuestra personalidad, nuestro yo, toda nuestra estructura psicológica esta construida a partir de memoria. Somos memoria, experiencia, conocimiento, pensamiento y de éste surge la acción que nos dará nuevamente la experiencia, memoria, pensamiento y acción...

Vivimos dentro del campo del conocimiento y el conocimiento implica tiempo, y todo lo que procede del tiempo es limitado. Hemos derrochado todo nuestro tiempo y nuestra energía en adquirir mas y más conocimientos y con ésta mente que pertenece al tiempo tratamos de descubrir lo que no pertenece al tiempo, lo intemporal.

Si observamos el contenido de nuestra conciencia nos podemos percatar de que está llena de pensamientos, ideas, experiencias y conocimientos que no nos pertenecen, que son de otros, el mismo pensar esta basado en las palabras y éstas nos fueron enseñadas por terceros, al igual que las ideas, las creencias- ya sean estas políticas, económicas, culturales, religiosas etc.- No somos nada naturales, genuinos, auténticos, aunque creamos que si, somos seres de segunda mano que simplemente repetimos lo que otros dicen.

Si observamos nuestra mente podemos darnos cuenta que no es mas que un puñado de recuerdos, deseos, miedos, frustraciones etc. Y decimos que más allá de éste yo existe un súper yo, un alma, espíritu, conciencia cósmica, un ser espiritual que está por encima de todo pensamiento, mas allá de las palabras y del tiempo. Pero no nos damos cuenta de que al pensar en ese ser espiritual ya forma parte del pensamiento, de lo conocido, del tiempo. En el mismo momento que pensamos en él deja de ser intemporal y pasa a formar parte de la memoria, el conocimiento, de lo conocido, del tiempo.

Cuándo nos preguntamos ¿ Quien soy yo? No advertimos de que el que hace la pregunta y da la respuesta es él mismo pensamiento. Cuando afirmamos, <<Yo soy el nombre la forma y el contenido psicológico, pero más allá hay un ser superior>> El que afirma y lo afirmado es el mismo. Cuándo décimos << Yo soy Dios, el alma, el espíritu, la esencia o lo que fuere>> es el pensamiento el que lo está diciendo ¿Y es el pensamiento el espíritu? Cuándo afirmamos << Yo soy la esencia divina>> ¿Es el pensamiento la esencia divina?. Sí Dios, el alma, el espíritu, él yo superior, la conciencia suprema está mas allá del pensamiento y del tiempo, si todo esto pertenece a lo intemporal como podemos descubrirlo con una mente que pertenece a lo temporal, con una mente que es del pasado alardeamos de saber lo que no pertenece al tiempo.

Podremos estar alguna vez libres del tiempo, del ayer y del mañana. Vivir en un continuo aquí y ahora, o estamos condenados a vivir en éste circulo de experiencia, conocimiento, pensamiento y acción que nos dará de nuevo mas experiencias.

Si nos damos cuenta de que estamos atrapados en el tiempo quizás podamos liberarnos de él, pero uno no se puede liberar de nada si no sabe primero que está preso, en primer lugar debemos de ver claramente nuestros condicionamientos, prejuicios etc.

Y empecemos a llamar a las cosas por su nombre, a lo desconocido a lo que esté mas allá del pensamiento, digamos simplemente no lo sé. Primero veamos que es lo que hay en lo conocido y sabiendo que es lo conocido quizás demos con lo desconocido.

No hay comentarios: