sábado, 29 de marzo de 2008

Libérese de tensiones

Cuando nos encontramos relajados estamos libres de tensiones, los músculos de nuestro cuerpo se encuentran totalmente flojos, este estado nos permite ahorrar energía, armonizarnos, recuperarnos e incluso es el estado mas propicio para la curación del cuerpo. La relajación está indicada en muchas alteraciones de la salud como el insomnio, la hipertensión, el dolor de cabeza, la ansiedad, el asma, entre otras muchas.

Vivir en continua tensión nos mantiene mas propensos a las enfermedades, a acumular dolores y malestares, el saber relajarnos nos da la oportunidad de “recargar” energías, de experimentar un verdadero descanso, disfrutando de la sensación agradable que es el estar relajados contribuyendo así a lograr el equilibrio físico y psíquico.

En el transcurso de nuestra vida nos relacionamos continuamente con muchas formas de ansiedad y tensión en nuestras actividades cotidianas, desde los estudiantes al tener que presentar trabajos ante su clase, hasta la tensión que como adultos sobrellevamos diariamente, desde llegar a tiempo al trabajo hasta cumplir con las responsabilidades de la vida laboral y familiar.

La tensión y los estados emocionales en general pueden tener una gran importancia en la aparición de numerosos trastornos psicosomáticos. Jacobson (1), en sus primeros trabajos sobre relajación progresiva defendía su aplicación terapéutica a problemas diversos como insomnio, dolor crónico, hipertensión, ansiedad y fobias. Un nivel de estrés considerado en un nivel bajo además de muchas veces inevitable, puede ser positivo. Sin embargo cuando éste nivel es en exceso, perjudica la salud mental, emocional y física, pudiendo incluso llegar a ser mortal (2). Reconocer que hay factores que influyen en el enfermar humano y que no son directamente biológicos o médicos no ha sido tarea fácil. En los últimos años se ha intentado abordar el tema de la salud desde una perspectiva amplia e integradora que permite una visión global, holística del hombre.

La tensión y ansiedad también llevan a conductas no muy saludables como el consumo de alcohol, tabaco, drogas, sobrealimentación, ausencia o exceso de ejercicio físico, reacciones emocionales negativas, que se utilizan para intentar desahogar esa tensión o ansiedad.

Aunque no desaparezcan los factores de ansiedad y tensión el saber relajarnos nos permitirá mejorar nuestra situación diariamente, por eso se hace hincapié en que para desarrollar la habilidad de relajarse se tendrá que practicar diariamente.

Ahora, toma con ambas manos las puntas de un pañuelo o un trozo de tela, déjalo caer sobre una superficie suave (tu cama, un sillón cómodo), observa como cae atentamente, sin oponer resistencia, sin hacer ningún esfuerzo al caer, mira ahora como se encuentra sobre la superficie en la que cayo, sin moverse o acomodarse. Con esa imagen puedes quedarte para ejemplificar el estado de relajación. Recuerda esta imagen cuando te dispongas a relajarte, haz lo mismo que ese trozo de tela... NADA.

Si queremos realmente descansar tenemos que aprender a relajarnos, este estado de relajación no es difícil de alcanzar, tendremos que ceder incluso a intentar hacer algún esfuerzo físico, tenemos que simplemente... hacer NADA.

Observemos nuestro cuerpo en las actividades cotidianas como el caminar o el trabajar, ¿cuantos movimientos innecesarios realizas?, ¿cuánta energía perdemos en tensiones musculares inútiles?, ¿cuánta energía desperdiciada podríamos invertir en algo útil?

Bibliografía

1.- Hewitt, J. “Aprende tú solo : RELAJACIÓN”. Editorial Pirámide. Madrid, 1986.

2.- Jacobson E. “Relajación Progresiva”. Universidad Chicago Press, 1929

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