sábado, 29 de marzo de 2008

Un poco de todo parte 2


Las puertas del aprender, las cerramos cuando creemos que ya sabemos y solo se volverán a despejar cuando nos demos cuenta que no sabemos.

Hemos desvirtuado la palabra creer haciendo de esta una afirmación que la aleja de la realidad.

¿Podríamos vivir sin afirmar, rechazar, ni admitir ni desmentir?

Somos nacidos moribundos desde el primer aliento de vida. La vida y la muerte se complementan, la una no puede ser sin la otra.

Ciego es el que no ve y sordo el que no oye, pero el que no quiere ni ver ni oír, con el autoengaño ha de seguir.

La muerte de la mente es vivir por completo el aquí y ahora.

Para que florezca lo nuevo, lo viejo ha de morir.

Para vivir lo desconocido, ha de morir lo conocido.

La vida y la muerte son dos caras de una misma moneda.

El sentido de la vida es saber quien pregunta por el sentido de la vida. El que pregunta y el que responde, el que piensa y lo pensado, el que experimenta y lo experimentado, el observador y lo observado, pareciendo diferentes son lo mismo.

Somos productos del pasado, que se encuentran en el aquí y ahora proyectando el futuro.

La mentira y la verdad siendo diferentes se asemejan.

El tiempo es un movimiento en un continuo aquí y ahora.

Del autoconocimiento surge el observador y de este la atención que es meditación.

El yo pertenece al tiempo y desde lo temporal jamás conoceremos lo atemporal.

La vida tiene amos y esclavos, pero tan solo le pertenece a quien la vive.

La muerte llega como ladrón en la noche y no distingue entre maestros y discípulos, ricos o pobres.

La muerte no nos pertenece, es de todos y nadie la quiere.

La muerte no tiene un lugar, esta en todas partes y jamás la encontrarás.

El principio de la sabiduría es saber que no sabemos nada y lo que creemos saber es lo que otros dicen conocer.

La diferencia que existe entre el sabio y el inteligente, es que el sabio sabe lo que dice y el inteligente dice lo que sabe.

La fe es creer lo que otros nos dicen.

Todos hemos escuchado hablar de la iluminación, el nirvana, la paz interior, el equilibrio y no se que tantas otras cosas que no tenemos y deseamos tener, para lo cual usamos todo tipo de formulas, métodos, sistemas que nos ayuden a alcanzar aquello que deseamos y no tenemos.

Cuando practicamos cualquier tipo de técnica de meditación lo hacemos para alcanzar este o aquel resultado, para ser esto o aquello que ahora, en estos momentos no somos. Ahora yo me pregunto ¿puede el yo que es el que desea ser lo que ahora no es, alcanzar por medio del ensayo de la practica algún resultado. Puede el yo a base de ensayar y practicar llegar a ser el SER.

El que practica no es otro sino el mismísimo yo tratando de escapar de si mismo.

El deseo de querer liberarnos del deseo genera un nuevo deseo.

Que sentido tiene el que matemos a uno y nos llamen asesino, matemos a diez y seamos unos psicópatas, matar a cien en una guerra por muy santa que esta sea, y ser unos héroes con honores y medallas incluidas.

La justicia nace de lo imparcial, de lo ecuánime, equitativo, justo, surge el equilibrio que se mantiene en el centro de todas las cosas permitiendo el pensar de una forma razonable, cuerda, sensata.

No ser ni Palestino ni Judío, ni Católico ni Protestante, ni Ruso ni Americano, ni esto ni aquello nos permite mantenernos en el centro desde el cual podemos ver las múltiples divisiones y lo perjudicial que estas pueden llegar a ser.

¿Por qué hacer de nuestra leve estancia un infierno? ¿por qué no hacer un paraíso aquí y dejar de soñar en el de allí?.

Si estamos en desorden, todo es desorden, y desde ese desorden nunca encontraremos el orden.

Un vidente (una persona que ve) nunca preguntara por la luz, sabe lo que es la luz y no se preocupa por ella. Pero un ciego, una persona que no ve, está confuso con relación a la luz, no sabe lo que es, y desde esa ceguera, desde ese desconocimiento puede imaginar, fantasear, suponer lo que es la luz, pero en realidad no sabe que es la luz, puede argumentar, imaginar, creer saber lo que es la luz basándose en lo que otros le dicen que es, pero el en realidad no sabe que es la luz. Y esto nos pasa a todos y con todo, creemos saber que es dios, la verdad, el alma, el espíritu, él mas allá, la reencarnación, el orden etc. Pero realmente somos como el ciego que se deja conducir por otro ciego.

Cuando uno tiene o cree tener las ideas claras no se preocupa por el sentido de la vida. Un fanático religioso no se preocupa por el sentido de la vida, tan solo le preocupa el servir a su dios, ese es su objetivo, su cometido en esta vida, su meta.

Cuando la mente está inquieta, intranquila nerviosa, desordenada trata de llevar el orden a ese desorden (Ya sea a través de técnicas de meditación, visualización, relajación, autocontrol etc.) que ella misma esta causando ¿Pero que puede hacer la mente para detener su propio movimiento, su desorden? NADA

Al igual que el mar no puede hacer NADA para evitar el oleaje, la mente tampoco puede hacer NADA para evitar su movimiento por lo cual NADA hay que hacer, NADA se puede hacer para evitar ese movimiento, ese desorden.

Cuando uno se da cuenta de que no se puede hacer NADA todo comienza a cambiar, ya no hay un deseo de ser o llegar a ser, ya no se derrocha ni un ápice de energía en controlar, amaestrar, dominar a la mente, uno se da cuenta de que es el controlador y lo controlado, dominador y dominado, amo y esclavo.

Cuando llega no pide permiso para llevarnos con ella, ni permite ningún tipo de argumentación, ni comentario, ni suplica. La muerte es la destrucción de todo aquello que conocemos y no tolera que la neguemos, ignoremos, o rechacemos.

Meditar no es sentarse de una forma determinada, ni respirar esperando alcanzar un resultado, esto seria premeditar. Y premeditar es pensar reflexivamente una cosa antes de ejecutarla. En la premeditación hay una intención un deseo un propósito un objetivo una meta una preparación un planear un programar.

Ser consciente simplemente es eso... ser consciente... no hay nada que lograr, que pretender, que hacer, como hacer, ni a donde ir con la consciencia...uno simplemente es consciente.

Descubrir por uno mismo es la única formula, método sistema, camino para despertar, revelarse a usted mismo como el observador, el testigo, la consciencia observadora que atestigua en el estado de total atención, y no se pregunte, no pregunte ¿cómo?.

Cuando uno ve, percibe, se da cuenta de que uno mismo es el que se esta golpeando, ese mismo darse cuenta, actuara como liberador, uno simplemente deja de golpearse contra la roca.

Uno mismo es el actor y la acción, el productor y lo producido, el experimentador y la experiencia.

La confusión, el orden o el desorden comienzan y terminan en uno mismo; y uno mismo es el que tiene que ver ese desorden para poder liberarse de el.

Cuando buscamos el equilibrio, la paz interior es por que nos damos cuenta de nuestro desorden y desde ese desorden buscamos una fórmula, un método, un sistema, que nos llene de paz, orden, equilibrio interior, etc. en nuestras vidas.

Cuando uno busca algo es por que se carece de ese algo que deseamos (ya sea el equilibrio interior, la paz, la armonía la felicidad, etc.) y ese mismo deseo nos crea mas división y por lo tanto mas conflictos alejándonos cada vez mas de aquello que deseamos y no tenemos.

Cuando hablamos del autoconocimiento, de la autoobservación del aprender a cerca de uno mismo

¿es necesario entender lo que otro pueda decir sobre mi mismo? ¿o uno mismo es el que tiene que por medio de la autoobservación entender y aprender sobre ese mi mismo?.

La mente no es “MI” mente es la mente y al igual que yo la puedo observar y aprender a cerca de mi mismo desde esa observación, también lo puede hacer usted, lo único que hay que hacer es observarse a uno mismo y aprender sobre ese uno mismo y no de lo que otros nos puedan decir sobre ese uno mismo.

En la autoobservación podemos ver que el miedo no es “MI” miedo...es el miedo, el apego no es “MI” apego es el apego, la soledad no es “MI soledad es la soledad etc. Podremos ver que todos tenemos la misma capacidad que es la de pensar, sufrir, amar etc. todos somos como olas en un océano de pensamientos-sentimientos, todos somos uno.

Que necesidad tenemos de entender, razonar, aceptar o rechazar lo que otro nos pueda decir en cuanto a la autoobservación de nosotros mismos el autoconocimiento, si la mente es una y dedicamos nuestra atención a la observación de la misma ambos veremos lo mismo por lo cual no hay nada que entender, uno no necesita del otro para autoobservarse, es mas uno es el estorbo del otro para hacerlo.

Si queremos aprender a cerca de algo tenemos que observar atentamente ese algo del cual queremos aprender. Si queremos aprender matemáticas, física, química o lo que fuere tenemos que observar atentamente lo que nuestra profesora escribe en la pizarra, si nos mantenemos distraídos, desatentos jamás aprenderemos aunque después afirmemos de una forma rotunda que estamos aquí para aprender. Lo mismo tenemos que hacer si lo que queremos es aprender sobre nosotros mismos, uno tiene que observarse a si mismo, estar atento a todo cuanto sucede en nuestro interior, en nuestra mente.

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