sábado, 29 de marzo de 2008

Para la ansiedad...frutas y verduras

Si últimamente padece de preocupaciones y además estas son permanentes, intensas, perturbadoras y duraderas y si van acompañadas de inquietud, fatiga, dificultades en la concentración, irritabilidad, tensión muscular, trastornos del sueño. A los que se les puede agregar también temblores, inquietud motora, dolores y entumecimientos musculares, manos frías, sudoración, sequedad de boca, nauseas, diarrea, aumento de la frecuencia en ir a orinar. ansiedad y preocupación excesivas

Si además tiene dificultades para olvidar sus preocupaciones, y éstas se centran generalmente en circunstancias de la vida cotidiana, como puede ser el trabajo, la familia, la salud, circunstancias que normalmente podrían controlarse, e incluso postergarse. Entonces padece usted lo que en términos médicos se denomina Ansiedad Generalizada.

Las mujeres padecen de esta enfermedad en un 8 contra 1 en los varones y según estudios recientes esto podría deberse a su constitución psiconeuroinmunoendocrinológica femenina.

Finalmente las mujeres son las más ansiosas siendo esta permanente, con sentimientos de que lo desastroso puede suceder en cualquier momento, durante todo el día

Los tratamientos apropiados para este trastorno son el psicofármacológico, las terapias individuales y/o grupales, la psicoeducación, tanto individual como familiar, y reaprendizaje de las emociones, pero como de todos es sabido los ansiolíticos ( al igual que todo fármaco) nos pasan sus facturas a través de sus efectos secundarios y sus contraindicaciones de las que hablamos mas adelante. Por lo que podemos y solemos recurrir a las llamadas medicinas alternativas la que nos ofrece una gran gama de medicamentos naturales todos ellos beneficiosos para nuestra salud sin contraindicaciones ni efectos secundarios tales como una cucharadita de rica miel para combatir el resfriado en un diabético o palitos de regaliz, excelentes para reducir los síntomas de la ansiedad en un hipertenso.

Por ultimo y al igual que con todo tomado con medida podemos recurrir a una alimentación sana, rica en los elementos que el cuerpo precisa por su carencia.

Alimentos
- Ricos en vitaminas del complejo B, para mejorar el estado general del sistema nervioso: arroz, pan y cereales integrales, huevo, lácteos, nueces y verduras de hoja verde.


- Ricos en vitamina C, ya que ante la ansiedad o el estrés el organismo utiliza rápidamente las reservas de esta vitamina: naranja, limón, pomelo, fresas, kiwi, mango, verduras de hoja verde, perejil, pimiento, tomate o patata.


- Ricos en magnesio, mineral del que suelen ser deficitarias las personas que sufren de ansiedad: germen de trigo, frutos secos, pipas de girasol, acelgas, albaricoques secos (orejones), algas marinas, Tolú y salsa de saja.


- Ricos en fósforo, que regula eficazmente los procesos nerviosos: lecitina de saja (cada mañana en el desayuno), productos lácteos y plátano.


Reducir
- Suprimir el café, el té y los refrescos de cola con cafeína.
- Moderar el consumo de chocolate.
- Suprimir el alcohol y el tabaco.

Bebidas
- Tomar un vaso de leche templada un rato antes de acostarse porque contiene triptófano, que ayuda a relajarse.


- Tomar una infusión de tercianaria y valeriana a partes iguales, a lo largo del período que duren los ataques, tres veces al día.


- Tomar infusiones de pulsatilla y betónica, que poseen propiedades sedantes y calmantes, tras las comidas y a media tarde.


- Parecidos efectos tienen las infusiones de verbena y de tila.


- Abundantes zumos de naranja, limón y pomelo, en el desayuno, por su riqueza en vitamina C.

También se recomiendan ejercicios de respiración consciente, relajación y meditación de los que podremos escoger de las técnicas que exponemos mas adelante.

Pero todo esto nos puede servir para dejar a un lado, para apartar ese estado, pero si realmente queremos eliminar de una vez por todas ese desagradable estado les recomiendo que continúen con el curso hasta su culminación.

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